♠ Posted by Mario in redes libres at 12:46
Mónica María Jiménez Ruiz
Cuando
Gabriel Jaime Vanegas llegó a la vereda La Loma del corregimiento San
Cristóbal, hace 11 años, conectarse a internet era “un milagro”.
Desde entonces, en compañía de jóvenes
ansiosos por la web y de colectivos ciudadanos, quiso desarrollar una
red local que permitiera resolver los problemas de comunicación y
difusión de la información entre la población de la zona. Lo lograron.
Nuestra Red: LaLoLib. Ese fue el nombre que
recibió y con la cual él y su grupo, ConVerGentes, se hicieron
merecedores del premio internacional Chris Nicol, otorgado por la
Asociación para el Progreso de las Comunicaciones (APC).
Este reconoce las iniciativas que benefician a
las comunidades con el uso de software libre, como la desarrollada por
el colectivo rural, liderado por Vanegas.
Trabajar por la comunidad siempre fue una de
sus principales motivaciones: desde hace 11 años es el coordinador de la
filial San Javier-La Loma de la Biblioteca Pública Piloto.
Al identificar la necesidad de comunicación y
difusión de la información entre la población de la vereda empezó a
trabajar en la red. Fue hace más de seis años.
Luego de la profunda investigación, lectura de
documentos y discusiones teóricas entre el grupo, la materializó hace
seis meses. La mandaron a participar al premio internacional y el pasado
4 de junio les informaron que lo habían ganado, que el Chris Nicol era
de ellos.
“Aquí no importa quién se ganó el premio, lo
que importa es quién tiene la capacidad de presentar y sacar proyectos
adelante para tener una comunidad conectada”, expresó Vanegas.
Sin embargo, la red no es internet, es
conectividad: “Está pensada para la población rural y de zonas
marginales, pues para los operadores de internet no es rentable
ofrecerles el servicio. Por eso, en el campo colombiano hay un agujero
negro en conectividad”, dijo Freddy Rivera, miembro de la Fundación
@VivirenlaFinca, grupo que colabora en el desarrollo y consolidación de
la red.
Es tipo malla –la red– y funciona con dos
nodos, es decir, con dos puntos de intersección o conexión en un mismo
sitio y el cual permite acceder al e-mail y a páginas web como Wikipedia
y Google. Pero no a redes sociales como Facebook o Twitter.
Entre más nodos tenga Nuestra Red, la señal se
expande, funciona mejor y más personas pueden acceder. Para Vanegas,
este es uno de los retos que tienen que superar.
“Buscamos que la red tenga mayor estabilidad y usabilidad para que aporte a los proyectos locales”, dijo.
Es consciente de que el proyecto no está
terminado y que hay que seguir evolucionando, resolviendo y construyendo
cosas entre todos, pues aunque el premio se lo ganó Convergentes,
insiste en que esto ha sido posible gracias a la sumatoria de esfuerzos y
a la colaboración de entidades como Medellín Wireless, Unloquer, Plato
Hedro, la Biblioteca Pública Piloto, entre otros.
Premio es importante
Para Vanegas el Chris Nicol es un incentivo
que le dieron a la cultura de software libre que se desarrolla en
Colombia. Habérselo ganado con ConVerGentes, en sus palabras, le permite
seguir “soñando con una alternativa para todos”.
Por eso el siguiente proyecto es lograr la
conectividad a través de los dispositivos móviles y, a largo plazo,
expandir la red en todo el corregimiento.
Rivera, por su parte, aseguró que estas
iniciativas de red libre tienen sentido en la medida de que son las
comunidades las que forman red y no tanto las herramientas tecnológicas.
Entonces la apropiación de los usuarios es indispensable, pues según
él, ellos las construyen.
Pero lo urgente, para Rivera y Vanegas, es lograr que una comunidad entre montañas esté cerca del mundo.
Convergentes sociales
“Si no es divertido no lo hacemos”. Este es el
lema de la Comunidad de Prácticas Convergentes de la vereda La Loma.
Desde hace 11 años jóvenes autónomos y preguntones trabajan en el
desarrollo de proyectos que apuntan a la solución de problemas de la
comunidad.
Sus principales líneas de trabajo son tres:
recuperar la memoria histórica y cultural de la zona, periodismo
ciudadano para registrar y documentar la vida cotidiana y laboratorios
sociales de aprendizaje colaborativo. De este último, resalta el
laboratorio de cartografía, donde con el uso de ‘OpenStreetMaps’
construyeron su propio mapa de la vereda.
Para Cristina Mazo, lo mejor de ser parte de
Convergentes es que “el aprendizaje es colaborativo, todo lo que se
aprende es replicado en la comunidad”. Por eso, la labor que cumplen en
La Loma es reconocida y respetada por sus pobladores.
EL TIEMPo.
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